FeedBack, es una reflexión crítica entorno a la publicidad y su papel como medio de control y partícipe del espacio público. Esta, se desarrolla por medio de intervenciones, sobre carteles publicitarios encontrados en los paraderos de buses de la ciudad de Bogotá, a partir de la yuxtaposición de elementos visuales en forma de stickers, sobre un sustrato publicitario. También se realizan registros fotográficos antes, durante y después de la intervención. La obra resultante es una imagen-acción de reapropiación del espacio público -físico y simbólico- .
Portada revista SOHO No. 129. (usada sin permiso e intervenida digitalmente con fines anti-comerciales)
Durante mi formación personal y profesional, he venido haciéndome preguntas sobre las consecuencias que el consumo tiene sobre el ser y su entorno. Después de mis primeras consultas, ya pude entrever que nuestro sistema de vida, basado en la producción de una infinidad de bienes innecesarios y desechables, y en el consumo como fin de la vida humana, ha puesto en peligro la propia existencia de nuestra especie y ha llenado de artificios nuestra cotidianidad. Sus consecuencias, de forma cada vez más aparente, afectan a todo ser vivo de nuestro mundo sin distingo de edad, condición social, sexual, ni territorial. Ya en el camino de responder mis preguntas, me di a la tarea de indagar acerca de los entes emisores involucrados en la generación de la pulsión de consumir, de las fuerzas que nos llevan a sentir la necesidad de poseer esto o aquello. Así fui encontrándome, sin mucha dificultad, con la T.V., las noticias, las telenovelas, los comerciales, las revistas y, el elemento presente en todas estas instancias de divulgación de nuestro modo de vida, la publicidad.
La publicidad hace un uso muy particular de la imagen bidimensional y el texto para llegar a su espectador, condicionada por la necesidad de emitir mensajes impactantes en espacios reducidos y de llegar a audiencias en extremo diversas, cumpliendo con el cometido de hacerlas un poco menos diversas. Estas características han transformado a los que en un inicio no eran más que medios divulgativos, en un poderoso sistema de transformación lingüística y simbólica que parece haber cobrado vida propia, extendiéndose, a su antojo, por zonas cada vez más extensas de nuestro hábitat privado y público, sustituyendo las instancias educativas tradicionales. La invasión publicitaria del espacio social, la usurpación de la imagen para la construcción de ilusiones vendedoras y la pasividad con que aceptamos todo esto, fueron motivaciones determinantes para escoger esta línea de trabajo. La publicidad deviene en una problemática urgente que nos incumbe a todos, pero especialmente a quienes pretendemos hacer de la imagen un vehículo de expresión y búsqueda humana.
Como artistas y estudiantes de arte, constituimos un gremio lleno de ambigüedades en torno a la publicidad, y muchas veces, perdidos entre inauguraciones, círculos de influencia y elites culturales, seguimos los dictados del consumo para poder vivir de nuestras técnicas y nos quedamos impasibles ante el saqueo simbólico del que somos testigos. Con esto en mente, decidí recorrer diferentes calles de la ciudad fotografiando las vallas y carteles publicitarios que pueblan nuestro espacio público. Luego, en casa, pude observar con cuidado estas fotografías y estudiar el significado de cada uno de los elementos que componen estas imágenes. Dejándome guiar por los temas que me proponía cada pieza, pude profundizar un poco más en el tema del consumo y su relación con la imagen. A consecuencia de estas nuevas reflexiones, me decidí a intentar una acción de recuperación no destructiva de los espacios ocupados por la publicidad. El reto era encontrar una forma que pudiera desactivar los mecanismos de la pieza publicitaria revelando sus artificios, pero que al mismo tiempo le hablara al ciudadano medio como interlocutor activo, invitándolo a tomar acción, pues el espacio simbólico es también su hábitat. El medio escogido fue la intervención por yuxtaposición de imágenes en forma de stickers, sobre un sustrato publicitario.
He titulado el proceso como “Feedback”, usando un término común entre los publicistas para designar el proceso por el cual el consumidor (espectador), retroalimenta el trabajo creativo del publicista. Usualmente este feedback se realiza a partir de formatos prediseñados de encuesta y otros sistemas de medida de la respuesta del consumidor. En este caso el feedback es autónomo y se realiza como acto de resistencia y recuperación del territorio, al alcance de cualquier ciudadano. Así, usurpo también la palabra para re-significarla en el marco de una acción liberadora, en oposición al feedback tradicional, que no es más que una reafirmación de dominio.
Después de mis primeras observaciones decidí que esta primera etapa del trabajo se desarrollara interviniendo los carteles publicitarios encontrados en los paraderos de buses, dado que: Son lugares muy asequibles, donde el interventor corre menos riesgo de interferencias; por sus dimensiones y materiales, son un buen lugar de entrenamiento para intervenir publicidades más complejas y menos asequibles; están en lugares abiertos y sin acceso restringido al público de cualquier tipo; son uno de los recursos preferidos de los publicistas; tenderán a desaparecer (por el proceso de Transmilenio) en un futuro cercano y hay que aprovecharlos mientras existan.
Los stickers usados son de varios tipos y construidos, en su mayoría, de forma casera. En las intervenciones se hace uso de la adición y/o la anulación de elementos, tanto de texto como imagen, de acuerdo a las necesidades particulares de cada intervención. Se procura mantener la mayor cantidad de elementos propios de cada publicidad y su composición, para usarlos, por decirlo de alguna manera, en su “contra”. La intervención es explícita durante el acto o performance -que se realiza a plena luz del día y sin previo aviso- y es fotografiada descaradamente por un segundo performer. Esto se hace con la intención de poner el foco sobre el acto que una persona corriente, como yo misma, puede realizar. El resultado deberá ser sutil, si bien siempre debe ser detectable la sustitución de elementos tras una inspección más cuidadosa. De esta manera puede dejar entrever la existencia de artificios en los mensajes publicitarios.
Las intervenciones están orientadas a mostrarnos la fragilidad de la publicidad a partir del uso de sus propias herramientas. Como espectadores debemos cuestionar la veracidad de lo que nos cuentan las imágenes y entenderlas como pequeños mundos creados a partir de la subjetividad de una persona o grupo. Si se anula o añade algún elemento, el mensaje instantáneamente se modifica. Podemos tomarnos la publicidad para contar nuestras propias historias, dejar de ser espectadores y convertirnos en interlocutores del espacio público. Es aquí que la propuesta revela su carácter de recuperación de territorios físicos y simbólicos para el diálogo artístico y ciudadano.
Así, se quiere apoyar y alentar a otros, a realizar este tipo de intervención pública, a través de pegatinas, señalando su forma económica y rápida de realización; de esta forma, tal vez podamos comenzar a reinventar entre todos un nuevo espacio público-artístico y publicitario, ejercitando nuestra percepción e imaginación y compartiéndola con otros, re-contextualizando nuestro caminar y habitar en las calles y haciendo juntos una reingeniería de las herramientas del mercado.
[1] Este trabajo está siendo presentado actualmente como trabajo de grado en la Facultad de Artes-ASAB de la Universidad Distrital.
